miércoles, 30 de junio de 2010

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Tenía ganas de explorar todos los rincones de mi ciudad, viajar a cualquier lugar, visitar playas, ir a piscinas, hacer picnis, leer interminables libros, ver buenas películas, hablar largas horas con mis amigas, reirme de chorradas, que me den ataques de risa, salir de fiesta...
Sin embargo, una sola acción, una sola frase, una sola PALABRA, basta para cambiar todo eso. Dicha en el momento oportuno, los destinos cambian...

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